Y por supuesto no faltó el fuego de campamento nocturno y juegos y actividades que nunca olvidarán. ¡Vaya experiencia!
Ayer celebraron la noche de despedida con una gran fiesta. Música, bailes, juegos y sobre todo mucha alegría. El equipo de ALAS se quedó hasta el final y lo vivió con una mezcla encontrada de sentimientos. Las emociones estaban a flor de piel y la alegría se mezclaba con la pena por el final de la semana.
Y como pasa en todos los campamentos de todo el mundo, los niños y niñas que han participado esta semana vuelven a sus casas agotados pero felices de la experiencia vivida.